¿Alguna vez has sentido que las cadenas se caen y empiezas a ser libre? ¿Alguna vez has respirado tan profundo que tu cuerpo se ha expandido para relajarse?
Siempre creí que esos momentos solo se viven cuando estás de vacaciones. Que era cuando te podías despertar tarde o estabas con tu familia descansando. Estaba muy equivocada, realmente equivocada. Creía que eso no podía sentirse en la vida cotidiana, que solo existe el trabajo, el reconocimiento de la vida "normal".
Ahora que lo veo, entiendo el por qué me tomó tiempo cambiar tantas cosas sobre mi vida. Entiendo el miedo que tenía sobre qué dirían las personas y sobre todo mi familia. Pero ahorita que lo veo, me da felicidad y orgullo que seguimos cambiando muchas cosas pero la vida "normal" ha llegado a su fin.
Te quiero compartir un poco sobre ese momento donde entendí que no tenía que seguir las reglas de la vida, los momentos dictaminados por la sociedad o las normas establecidas. Me preguntarás si eso fue hace mucho tiempo, la respuesta es no, esto empezó a raíz de la pandemia.
Durante la pandemia, como muchos de nosotros, tuve que iniciar el "home office". Me había parecido una idea padrísima porque iba a darme un descanso de muchas cosas. El trabajo, las distancias, las salidas, me imaginé descansando completamente. Primer error, el trabajo comenzó a ser más y más pesado. No estaba sintiéndome completamente feliz ni en el lugar que debía estar. Mi cuarto, se hizo aburrido y noté que hacía años que tampoco le prestaba atención. Comencé cambiando todo lo que podía de él, moví muebles, deje ropa que antes pensaba que era necesaria, le agregue plantas y busqué un lugar para mi incienso y algunos cuarzos que había encontrado.
Poco a poco, meditaba más y lo compartía, me deje fluir por como estaba en el momento. Buscaba mucha paz, buscaba hacer que fuera disfrutable mis momentos en casa. Después de mi cuarto siguió mi mente. Por lo tanto, comencé a usar un diario para escribir mis días y todo lo que pensaba. Saltaba de un tema a otro, hasta que el diario comenzó a tener mucha claridad.
De la paz que había afuera, llegó a mi ser. Se convirtió en claridad guiándome hacia el primer libro que me abrió el corazón "Los cuatro acuerdos" del autor Miguel Ángel Ruiz Macías. Sus palabras resonaron conmigo, sobre la manifestación, felicidad y el ser. Así comenzó mi primer sentimiento de liberación de cadenas, de respirar tan profundo que el cuerpo se relajaba.
Comencé a escucharme y dejarme ser en cada uno de los aspectos que existen.
Hoy te lo comparto y te invito a viajar conmigo en este mundo terrenal. Te diré que muchas cosas no las vamos a entender tal cual, pero lo importante es que sí vamos a vivir y disfrutar el presente construyéndose desde el amor.
Michele Silva Castellanos.
Comments